jueves, 6 de junio de 2013

Capitulo 4

Tras cerrar la puerta a sus espaldas, Damen se dejó caer en la pared, cerró los ojos y suspiró; “lo conseguí”-pensó-“pude convencer a Víctor a la primera y sobretodo pude controlar mi genio y que mis sentimientos no me dominaran” abrió los ojos y comenzó a bajar las escaleras hacia la entrada del castillo; estaba agotado y deseaba macharse y regresar a la Urbe cuanto antes, primero debía parar en la fortaleza del Gran Consejo para informar a los ancianos de su entrevista con Víctor pero estaba decidido a no demorarse mucho; necesitaba descansar y sobretodo necesitaba pensar después de encontrarse cara a cara con Bianca. Había pasado 10 meses soñando con esa chica de ojos azules, pelo negro como el ébano y hermosura angelical; le fascinó desde el primer día, en sus sueños era capaz de despertar sentimientos que él nunca había sentido por casi nadie; sólo  Laisa había conseguido que sintiese algo parecido pero no tenía ni punto de comparación con lo que sentía cada vez que Bianca le tocaba en sueños; era puro anhelo, no sólo deseaba besarla sino que sobretodo quería protegerla, que ella no sufriera daño alguno , el simple hecho de que ella sufriera lo más mínimo hacía que el corazón le ardiese; ninguna mujer había causado ese efecto en él por ese motivo se obsesionó con la chica de su sueño hasta tal punto que sólo deseaba que llegara la noche para poder verla en sus sueños porque no creía que en verdad ese ángel existiera pero al ver el rostro de la soberbia y altanera muchacha que había placado en el bosque y descubrir no sólo que existía de verdad sino que además era una Hija de la Luna y ella también lo había reconocido, había sido más de lo que podía haber imaginado.
En el interior de Damen se libraba una batalla interna y él estaba tan sumido en sus pensamientos que no fue consciente de que acababa de llegar al final de la escalera hasta que no se chocó y cayó de espaldas al suelo.
-¡Cuidado!- Exclamó una voz enfadada- ¿Podrías hacer el favor de ir mirando por donde andas?
Al escuchar esa voz Damen se alzó rápidamente la vista hacía el frente, para encontrarse a una enfadada Bianca que trataba de levantarse con la ayuda de un apuesto muchacho. Había algo en ese muchacho que le resultaba conocido, no podía saber porqué pero tenía la sensación de conocerlo del pasado y algo le decía que era importante recordar de qué le era familiar; pero al ver la forma y el cariño con el que transmitían sus ojos mientras ayudaba a Bianca levantarse, despertó en Damen un sentimiento de antipatía instantáneo hacia el muchacho.
- Perdona- repuso Damen mientras se levantaba del suelo- estaba sumido en mis pensamientos y no me di cuenta que había terminado de bajar las escaleras
- ¿Otra vez tú?- peguntó Bianca sorprendida, obviamente no se había dado cuenta todavía de que era con Damen con quién había chocado- ¿Te gusta perseguir y tirar al suelo a desconocidas o sólo lo haces conmigo?
Damen sonrió, no era normal que una chica le hablase de esa forma, normalmente todas caían rendidas a sus pies y encontrar a alguien que no lo hiciera y fuese capaz de plantarle cara y que encima fuese el ángel de mirada azul era una sorpresa muy agradable.
- ¿Se puede saber que te hace tanta gracia?- preguntó enojada Bianca
- No, nada simplemente pensaba que cada vez que nos encontramos tú estás tirada en el suelo- Le respondió Damen sin poder aguantar la risa
Al escuchar esa respuesta las mejillas de Bianca se encendieron y los ojos de la muchacha llamearon de ira
- Serás…- replicó encendiendo sus manos de repente con un fuego azul verdoso
Damen se quedó por un momento sorprendido; nunca había visto a nadie encender el fuego tan rápido y mucho menos con esa tonalidad verdosa, sólo conocía a una persona capaz de hacer eso y era él mismo, pero reaccionó a tiempo de agacharse cuando Bianca generó una bola de fuego frío y se la lanzó directo al rostro, la bola le pasó rozando el cabello y se estrelló en la pared de ladrillo dejando una quemadura en ella.
Ella se dispuso a lanzar otra llamarada pero el muchacho se interpuso entre ella y Damen y le espetó alarmado pero con severidad
- Ni se te ocurra Bianca, ¡¿Se puede saber qué demonios estás haciendo?! Te vas a meter en un buen lio
-¡Aparte Geibel!- le gritó ella enfadada- El cretino este necesita aprender a no tratar a la gente con ese desdén y esa chulería y alguien debe bajarle los humos que se gasta
-Bianca no pienso apartarme hasta que apagues el fuego- respondió tranquilamente Geibel- te lo advierto apaga el fuego ya o tendrás problemas con tu padre, ya sabes que no tolera ataques en el castillo.
Al escuchar esa última frase Bianca reaccionó
 – Tienes razón- le dijo a Geibel- además no merece la pena ensuciarse las manos, vamos Geibel, tengo hambre y el desayuno tiene que estar servido ya.


Bianca cogió de mano a Geibel y dándole la espalda a Damen pusieron rumbo hacia la gran puerta de roble que había al final del pasillo. Damen salió fuera del castillo y se encaminó hacia el bosque, de su cabeza no podía sacar la escena vivida con Bianca hacía un minuto, a pesar de que le había salvado la vida, no podía evitar sentir celos de ese tal Geibel al ver como ella lo había cogido de la mano y aunque ella había intentado herirle con el fuego no pudo evitar sentirse inmensamente atraído hacia ella; sería una malhumorada pero tenía un carácter indomable y aunque no lo reconocería ni en un millón de años le encantaba que al fin una mujer se fuese atrevido a desafiarle y no fuese caído rendida a sus pies, aunque Damen lo negará el carácter libre y fiero de Bianca lo había hechizado.

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