martes, 23 de abril de 2013

Capitulo 3


Vi como su sombra se perdía escalera arriba hacia el despacho de mi padre, no entendía como pudo conocer mi nombre, que yo recordase en ningún momento se lo había dicho y tampoco él había preguntado, quizás lo adivinó gracias a la intrusión que había hecho en mi interior o eso quería pensar pues el otro pensamiento que me rondaba no me hacía la menor gracia.
Sacudí mi cabeza y suspiré, lo mejor era no pensar en eso, sólo había sido un encuentro fortuito con un completo desconocido, que por otra parte era el protagonista de mis sueños desde hacía meses, pero seguramente no volvería a cruzármelo más en la vida y seguro que él no estaría dándole tantas vueltas al tema como yo.
Mientras seguía sumida en mis pensamientos, el reloj del vestíbulo comenzó a dar la hora, lo que hizo que saliera de mis pensamientos y volviera a la realidad, eran las 9 ya y de seguro que Geibel habría ido a buscarme y estaría hecho un basilisco al encontrar mi habitación vacía; maldije en voz alta por mi retraso y mi despiste y comencé a correr hacia mi habitación, esperaba que aún no fuese llegado porque si no me caería un buen sermón, como cada vez que me descubría en mis salidas furtivas; llegué a la puerta y sonreí para mis adentros, “genial parece que hoy se le han pegado las sabanas”, abrí la puerta, entré a mi habitación y la cerré, pero de repente escuché una voz enfadada a mis espaldas:
-Bianca, ¿se puede saber dónde estabas?
“Mierda, me pilló”
Me giré y le lancé una sonrisa al propietario de esa dulce voz con cariño
-Tranquilo Geibel, solo salí a pasear bosque
El me miró con cara de pocos amigos
- Sabes que no me gusta que vayas sola por el bosque y menos sin avisarme
Puse los ojos en blanco y me giré a recoger mis cosas mientras se disponía a narrar el mismo sermón de siempre me daba cuando hacía mis paseos matutinos.
A pesar de solo ser un año más grande que yo, Geibel se había convertido en mi guardaespaldas personal por orden de mi padre. Desde pequeños siempre habíamos estado juntos, éramos inseparables desde la guardería y con el paso de los años nos habíamos convertido en los mejores amigos, aunque ambos considerábamos nuestra relación más que una simple amistad, para mí él era un hermano.  Siempre había deseado poder tener un hermano en quién poder apoyarme y confiar y en él había encontrado eso; siempre podía confiar en él, contarle mis temores y mayores secretos y acudir a él cuando necesitaba animarme o simplemente necesitaba consuelo y él hacía exactamente lo mismo conmigo por eso mi padre consideró que  era la persona idónea para protegerme de los posibles peligros y también porque sabía  que no aceptaría a mi lado a nadie más que a Geibel ya  que no me gustaba lo más mínimo el que me vigilaran extraños .
-Bianca, ¿estás escuchando lo que te estoy diciendo o le estoy hablando al aire?
Me volví hacia él y pude ver ante mí a un muchacho de 21 años de 1,80, delgado y de tez pálida. Eso era una de las cosas por la que sentía tan unida a él, porque dentro de nuestro clan sólo él y yo poseíamos esa piel y eso nos hacía sentirnos diferentes al resto y por tanto algo excluidos, posé mis ojos en los suyos de color azul agua y le dediqué una gran sonrisa de nuevo.
-Te estoy escuchando, pero ya me sé tu discurso de memoria tete, tranquilo no me ha pasado nada, sabes que siempre ando con cuidado, así que no sé porqué te preocupas tanto.
-Me preocupo porque soy tu guardaespaldas, mi deber es protegerte Bianca por eso debes decirme al menos que vas a salir, si te llega a pasar algo y yo no estoy contigo tu padre me mata.
-No seas como papá por favor, tengo 20 años y creo que ya soy lo suficiente mayorcita para cuidarme sola.
Geibel alzó la ceja,  puso cara de pocos amigos y me replicó
-¿Con que eres mayorcita para cuidarte tu sola no? Pues vamos a ver cómo te cuidas cuando Víctor sepa de tu escapada matutina.
-¿No serás capaz de contárselo a mi padre verdad?- Le dije
El puso una sonrisa y me respondió
 – No me tientes Bianca, sabes que soy capaz, es mi deber.
Me puse tensa con su respuesta, si le contaba a papá mi escapada no le haría nada de gracia; odiaba que saliera sola a los sitios desde que mamá murió y aunque sabía que lo hacía por mi seguridad odiaba eso y sabía que me caería una buena bronca por mis escapadas.
Ese miedo se debió reflejar en mi rostro pues el semblante de Geibel cambió y puso cara de preocupación.
-Tranquila, sabes que no le diré nada, como siempre, pero debes avisarme al menos de que vas a salir, me diste un susto de muerte cuando vine por ti para desayunar y encontré tu habitación vacía.
Volví a sonreírle y me acerqué hacia él, me puse de puntillas y le di un beso en la mejilla.
-No te preocupes, la próxima vez te avisaré no volveré a preocuparte, te lo prometo.
El suspiró y me devolvió el beso y de repente me abrazó mientras me decía entre risas.
-No sé como lo haces enana, pero siempre consigues salirte con la tuya y convencerme
- Bueno supongo que eso será porque soy tu hermana menor y consentida- le respondí entre risas
- Supongo que será por eso- dijo mientras me soltaba y cogía la mano- anda vamos, que llegamos tarde al desayuno.
Mientras tanto en el despacho de Víctor…
“Toc, toc”
-Pasen- espetó Víctor con autoridad desde su escritorio
Era un hombre alto, de unos 40 años, pero su aspecto estaba envejecido y aparentaba más edad, tenía el pelo color ébano como su hija pero unas vetas plateadas se lo aclaraban, era de constitución alta y delgada pero complexión fuerte y ágil; sus ojos poseían un intenso tono caoba. A pesar de tener ese aspecto envejecido su mirada era intimidante, transmitía una fuerza y una autoridad que hacía que todo el que se encontrase en su presencia tuviese respeto hacia él.
Se abrió la puerta y entró uno de los guardias del castillo con mirada gacha; Víctor siempre causaba ese respeto en todo el clan, sobretodo en la guardia, ya que todos conocían las historias que circulaban sobre él y las batallas que había librado contra los Hijos del Sol y sentían una profunda admiración hacia su persona.
-Señor- dijo el guardia con tono firme- ha llegado al castillo un joven que pide urgentemente hablar con usted, dice que es un asunto de vital importancia.
Víctor levantó la mirada del escritorio y la posó en el guardia
-¿Un joven?, interesante hazle pasar de inmediato, veamos que tiene que decirme con tanta urgencia que no puede esperar hasta más tarde.
-Cómo ordene señor- Respondió el guardia, se giró y cerró la puerta tras de sí mientras iba a por el muchacho.
Mientras el guardia regresaba con el misterioso e inesperado visitante, Víctor se levantó del escritorio y se dirigió hacia la ventana mientras iba sumido en sus pensamientos, anoche había tenido conocimiento que el subclan de Australia había sido atacado, al principio pensaron que había sido un ataque perpetrado por los Hijos del Sol pero había algo que no cuadraba, estos solían atacar al atardecer casi siempre, era el momento del día en el cuál su poder mágico era más fuerte y siempre lo hacían con su fuego e intentaban hacer el menor daño posible, sólo capturaban a los hijos de la Luna y evitaban matar salvo que fuese estrictamente necesario, pero este ataque había sido diferente, había sido una masacre auténtica, no había habido supervivientes y cuando los refuerzos habían llegado se habían encontrado con una escena de lo más macabra, la fortaleza estaba totalmente cubierta sangre y los cuerpos de los guardias estaban mutilados y despedazados, como si fuesen sido atacados por fieras salvajes, eso sólo podía significar una cosa, pero era imposible, ellos habían desaparecido hacían décadas, era imposible que siguiesen vivos..
Un golpe en la puerta lo sacó de sus oscuros pensamientos.
- Adelante
Se abrió la puerta y un muchacho de unos 20 años, pelo plateado y ojos color esmeralda entro por ella, cerrándola tras de si.
-Hola Víctor, ¿te acuerdas de mí?, creo que no, la última vez que me viste apenas tenía 3 años y tú acusaste a mi padre frente al gran consejo de haber matado a tu mujer, motivo por el cuál lo condenaron  al encierro en vida.
Víctor se quedó helado, ese muchacho era la viva imagen de Carlo, el jefe supremo de los Hijos del Sol, el culpable de la muerte de la muerte de Aleris y de muchos hijos del Sol y de la Luna en la Batalla de Luz que ocurrió hacia casi 17 años.
-Eres la viva imagen de Carlo – respondió
- Si, por desgracia todo el mundo me lo dice- respondió Damen con dureza- Todo el mundo me recuerda que soy igual que ese mounstro que fue capaz de matar incluso a su propia mujer y te aseguro que este parecido no me halaga lo más mínimo.
Esas palabras cogieron de sorpresa a Víctor, sabía que la mujer de Carlo había fallecido en la misma batalla que su esposa, pero jamás había imaginado que el tuviese nada que ver, hasta donde él sabía Carlo sentía verdadera devoción por Kandra y su hijo; ese fue uno de los motivos por el cuál no se defendió cuando el consejo lo condenó a la peor condena que existía, el encierro en vida.
-Bueno ¿qué puedo hacer por ti Damen? – Preguntó Víctor- Dudo que esta visita sea de cortesía.
-Tienes razón, no he venido de visita, sino que vengo como portavoz de mi clan; acabamos de enterarnos de lo ocurrido en vuestro subclan de Australia y no es el primer subclan atacado; los nuestros de Europa central y Norteamérica han sido diezmados de la misma forma, al principio pensábamos que erais vosotros pero después de ver como también os han atacado los ancianos del consejo supremo creen que no tiene nada que ver con la guerra que libramos, sino con un enemigo común a ambos clanes
- Un momento, no estarás dando a entender que ellos siguen vivos, ¿verdad?- susurró Víctor con voz baja.
- Si – respondió de forma lúgubre- los ancianos creen que los Shakarts siguen vivos.
-¡Eso es imposible!- rugió Víctor de forma violenta, se levantó de forma brusca y cogió a Damen por el cuello- ¡Acabamos con ellos hace décadas, no pueden seguir vivos! mira niñato, si esto es una invención tuya para poder acceder a la fortaleza de mi clan te juro que te mato.
-Si no me crees, mira en mi interior y lo comprobarás por ti mismo- jadeó Damen.
Víctor posó su mirada en los ojos verdes de Damen y entró dentro de él, pudo ver la sala del consejo supremo, cómo los ancianos parecían asustados y temerosos al conocer las noticias que los emisarios de ambos clanes portaban y cómo le pedían al muchacho que fuese de inmediato en busca del otro líder del clan…
-Suficiente- dijo Damen zafándose del agarre de Víctor  Creo que ya te he demostrado que no miento, sabes que es imposible engañar con la conexión.
- Cierto,  pero sí que se puede ocultar información
- Créeme, esto me hace tan poca gracia como a ti Víctor  repuso Damen- Pero el consejo quiere que dejemos las diferencias y el odio que ambos clanes tenemos a un lado y volvamos a unirnos como lo hicimos antaño para poder derrotar a un enemigo común, sólo he venido de parte de ellos para transmitirte el mensaje y ver si estás dispuesto a firmar esa tregua.
- ¿Y por qué no han enviado al jefe de tu clan?- preguntó Víctor recelosamente- Si este asunto es tan grave deberían haber enviado a Abel, no a un crío
La mirada de Damen se ensombreció y apareció un rastro de dolor mientras respondía
- Mi tío Abel murió en el último ataque de los Shakarts a mi clan, ahora cae sobre mí el peso de dirigir a mi pueblo, soy el nuevo jefe de los Hijos del Sol.
Víctor se quedó sin palabras, no entendía cómo los ancianos habían permitido que un crío que apenas había alcanzado la madurez pudiese gobernar a un clan, o de verdad era un líder nato y poseía grandes dones o definitivamente los ancianos habían empezado a chochear; pero había visto la verdad en sus ojos y aunque tenía la sensación de que le ocultaba algo más no podía negar que había sembrado la duda en su cabeza.
-Está bien- respondió al fin- Dile a los ancianos que los Hijos de la Luna estamos dispuestos a escuchar lo que tengan que decir y las condiciones de la tregua.
-Gracias – Respondió Damen dirigiéndose hacia la puerta- Pronto tendrás noticias de ellos para formalizar el acuerdo en el templo, ha sido un placer conocerte al fin Víctor, ten un buen día.

Damen cerró las puerta del despacho dejando tras de sí a un desconcertado y desconfiado Víctor que se preguntaba qué ocultaría aquél asombroso joven que había tenido la osadía de hacer lo que nadie en veinte años había hecho, mirarle a los ojos y desafiarlo.

2 comentarios:

  1. Bueno vamos mejorando. Hai más cantidad i más esencia. Me va gustando por ahora como va avanzando la historia. I vaia hdp el padre de Damen.. me gusta el papel de Damen pero Víctor no sé no sé me escama su forma.. no sé tiene algo que no me gusta.. e hija Bianca es la misma imagen tuya u.u habla i se comporta como tú u.u xD i veo que lo del fuego no cambia u.u pero bueno, en general me va gustando. I los nombres más originales así me gusta a darle vueltas al coco, hehe . Tengo ganas de ver como sigue. La pelea promete i lo dr hacerlo jefe de clan me suena de algo pero no sé de qué..

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  2. Me mola la relación de Geibel y Bianca, me parece muy familiar jejeje, y si, parece su hermano mayor mas que su guardaespaldas, lo describes muy bien. Va poniendose interesante, ahora Damen es el líder de su clan, creo que por llevarlo de nacimiento, por que por la edad desde luego no, por suerte no heredó la maldad de su padre, se le ve muy diferente a él, espero que se lleve a cabo esa alianza para acabar contra los Shakarts, me he quedado con la curiosidad de saber que tipo de criaturas son ellos, espero saberlo pronto, va enganchando ;)

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